…”Snalyndaë es un hada enamorada.
Era la tímida y melancólica hermana menor de Vethanaë que vivía en la luna cuando fue conquistada por los dioses de la oscuridad, quienes la torturaron y ultrajaron sin darle muerte, para que fuera ella acaso quien tomara su vida por su propia mano.
Pero entonces del pozo de aguas doradas de donde brotan las estrellas, llegó la Unicornio del Sol con el primer amanecer, permitiendo a los dioses de la luz que reconquistaran la luna, y Mendreylanor, el Ángel Púrpura, ascendió con su manto de aurora boreal para buscar el perdón de Vethanaë, el Hada del Invierno, y Snalyndaë fue rescatada y consolada en los brazos de su hermana invernal.
Sin embargo, la victoria de los dioses de la luz no sería nunca definitiva, porque desde entonces les pertenece la luna sólo la mitad del mes y cuando la sombra la cubre por entero de nuevo, son los dioses de la oscuridad quienes la habitan.
Y cuando la luna se oscurecía de nuevo, todo el dolor y daño que Snalyndaë había sufrido, la transformaba en una enloquecida arpía que maldecía caprichosamente a muchos inocentes abajo en el mundo, hasta que pasada la luna oscura, las plumas negras volvían a ser alas plateadas de hada y la cordura volvía a Snalyndaë, que entonces corría a ocultarse en los pozos de la luna para llorar, torturada por el remordimiento de los males y desgracias que había causado.
Pero ocurrió un día de luna negra que Sendaryon, el pequeño hijo del Hada del Invierno y El Ángel Púrpura, capturó a la arpía enloquecida de Snalyndaë con un lazo de polvo de estrellas, y se la llevó a volar a la profundidad de la noche en un carro tirado por doncellas cisne, y tal es el poder de augurio de ellas, que pueden con su canto revertir las maldiciones. Y tantos como maldijo la arpía Snalyndaë, tantos como buscó ayudar Sendaryon en su carros de cisnes y arpía.
Y así fue siempre desde entonces entre los dos cada luna negra, hasta que Sendaryon creció y en su afán de defender a los que no pueden hacerlo por ellos mismos, con toda su voluntad volcada a la misericordia, se dice que encontró la fuente de aguas doradas de donde nacen las estrellas y que allí fue bautizado por el Unicornio Primordial para ser el paladín del cielo.
Y el mismo día en que fue ungido, acudió a la luna oscurecida y los dioses de la oscuridad retrocedieron ante la luz primordial que emanaba de su canto. Y Sendaryon buscó y encontró a Snalyndaë escondida en su pozo de llanto, donde sus lamentos comenzaban a transformarse en graznidos burlones de arpía, y el paladín del cielo llenó el pozo con su canción, mezclándose la gracia de su voz, con las lágrimas del hada, fundiéndose ambas en aguas plenas de luz primordial, más intensa y emocional que las de las estrellas, pero mucho más sutil que la claridad del sol. En ese estanque ella estaría siempre a salvo y desde entonces el pozo de aguas de luna puede ser visto por aquellos que se atreven a amar, y su luz les consuela de los males del mundo.
Después, Sendaryon besó a Snalyndaë en la frente y bajó al mundo a continuar sus obras y luchas que harían de su nombre el mayor susto de los siniestros y el mayor consuelo de los necesitados. Y en cuentos de otros momentos, Sendaryon encontró a Crynallaë, Hada del Verano y ambos se amaron; y luego cantos más, cantos menos, Sendaryon sería herido a traición por uno que le era querido, y Crynallaë construiría con sus lágrimas una torre verde en el desierto, para guardar el canto del paladín de las estrellas, cuya alma ascendió a las estrellas formando desde entonces la constelación de Orión. Y se dijo más tarde, que siete veces más volvería el paladín del cielo a caminar entre los mortales para continuar con su canto, y que sería reconocido porque su misericordia sería capaz de curar montañas y reunir a los enemigos como hermanos.
Pero Snalyndaë también amaba a Sendaryon desde la primera vez que la había llevado a volar a las estrellas, y se guardó sus lamentos cuando Crynallaë fue su dama elegida, para llorar todos sus dolores juntos cuando Sendaryon fue asesinado. Y si se dice que Crynallaë es quien cuida el mar de cristal verde que contiene todas las leyendas, el llanto de Snalyndaë en cambio, creó en el mundo pozos de aguas de luna que contienen las historias de los amantes que se habrán de reencontrar bosque adentro, más allá del umbral del otoño en el atardecer eterno que conduce a Avalón, donde van todos los que mueren para volver a ser la luz del principio.
Y sólo la poesía puede descubrir estos pozos de luna en lo oculto de los bosques durante los otoños, cuando la luna llena brilla sobre esos estanques, y Snalyndaë, la Dama Gris, Hada de Plata, mira al oeste, porque de allí volverá Sendaryon siete veces más para consuelo del mundo.
Y uno de ellos, la amará”…
excelente, tenia muchos años que no disfrutaba leer
gracias.
!Al contrario! gracias a ti por leerlo.